
¿Tiene algún sentido cambiarle el nombre al golfo de México?
Análisis, opinión y reflexión24 de enero de 2025 Por: Francisco Molina Díaz
En el Génesis, Dios aparece como creador: crea la luz y el cielo; la tierra y los mares; los astros y las hierbas y árboles; las aves, los animales de la tierra y los peces; y, finalmente, al hombre y a la mujer.
Pero Dios no solo crea: también pone nombres, porque denominar es una forma de poseer. Después de crear, Dios da nombre, apareciendo así los primeros topónimos: Edén, Pisón, Javilá, Guijón, Kus,Tigris, Asur y Eúfrates. La toponimia fue misión divina antes que humana.
Desde este origen mítico, el ser humano da nombre a lo que descubre y a aquello de lo que toma posesión. Quizás por eso, por ser otro dislate expansionista, Hillary Clinton se reía a las espaldas (literalmente) del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando aseguró que cambiaría golfo de México por golfo de América.
Las retoponimizaciones
En el ámbito de la toponomástica, disciplina dedicada al estudio de los nombres de lugar, conocemos casos de cambios de nombres. Algunos de ellos, extranjeros, han sido modificados en español para ser más fieles al nombre autóctono: pocos saben que los pelos turcos más famosos fueron, antes de los implantes, los de los conejos y los gatos de Angora, como se conocía en español la capital de Turquía, Ankara, hasta los años veinte.
Las retoponimizaciones, como se conocen estas modificaciones, no son extrañas. De hecho, son bastante frecuentes, especialmente motivadas por circunstancias históricas, como las que se reflejan en el callejero de los pueblos y ciudades. A nadie se le escapa que estos nombres cambian según los avatares históricos.
Pero la retoponimización no es algo nuevo y no solo afecta a las calles: en el siglo XIII, en Andalucía, se produjeron intentos (en muchos casos quedaron en meros intentos) de cambiar los nombres árabes por otros castellanos, como se refleja en las donaciones de los repartimientos. La mayoría eran alquerías, aldeas y tierras conquistadas que fueron repartidas a los nuevos pobladores. Sin embargo, las repoblaciones del siglo XIII no siempre fueron exitosas y, por ende, los nuevos nombres quedaron olvidados con frecuencia.
Algunos cambios de la toponimia hispánica quedan documentados en el delicioso Atlas toponímico de España (2007), de Jairo Javier García Sánchez.
Así, en la toponimia de España conocemos modificaciones como el Vellacos que pasó en el siglo XV a Flores de Ávila, nombre más amigable y complaciente, especialmente para sus habitantes. En Salamanca, Muelas pasó a Florida de Liébana, y Pocilgas a Buenavista. El madrileño Miraflores de la Sierra se impuso en 1627 a Porquerizas. Y más necesario, por los mismos motivos, fue el cambio del granadino Asquerosa, convertido en 1941 a Valderrubio. En 1998 Benalup, en la provincia de Cádiz, recuperó su nombre, sustituyendo al topónimo Casas Viejas, de infeliz memoria por la matanza de 1933.
En las marismas de Sevilla Queipo de Llano promovió la consolidación de núcleos poblacionales: surgió así la localidad de Villafranco del Guadalquivir, en honor al dictador. El Decreto 402/2000 aprobó el cambio a Isla Mayor.
El afán retoponimizador de Trump
Trump ha inaugurado su nuevo mandato con algunas veleidades. Una es retoponimizar el golfo de México, que pasará a denominarse golfo de América. El presidente desconoce algunos aspectos interesantes.
El primer dato ignorado es que la sinécdoque en toponimia lleva a la inexactitud y a la confusión: América es un continente; su país se denomina Estados Unidos de América. Por tanto, su America first! (¡América primero!) resulta, en rigor, equívoco y desacertado (supongo que no incluye en su lema a los mexicanos o guatemaltecos).
El Diccionario de la lengua española recomienda estadounidense para el “natural de los Estados Unidos de América”, en lugar de americano, que es el habitante del continente, desde el Cabo de Hornos a Murchison. Por ello, me atrevo a recomendarle, si persiste su afán chovinista, que sustituya el nombre del golfo por el de golfo de Estados Unidos. Al menos sería más preciso.
La ignorancia trumpista desconoce la documentación histórica. Desde fechas muy tempranas esta zona recibe un nombre referente a Nueva España o a México. En la Descripción de las Indias Occidentales, de Antonio de Herrera y Tordesillas (1601), aparece la denominación golfo de Nueva España, y golfo Mexicano en la Breve descripción del mundo, de Fernández de Medrano (1686). Incluso seno mexicano, en El Marañón y Amazonas, de Manuel Rodríguez (1684). El Diccionario de la lengua española recoge “golfo” como sinónimo afín de “seno”.
El documento más antiguo que alude a este nombre es la anónima Traducción de la Cosmografía de Pedro Apiano (1548 y 1575): “a quien unos llaman golfo Mexicano, otros Florido, y otros de Cortés”. El señor presidente podría haber elegido golfo Florido, que al menos tiene empaque histórico.
¿Puede Trump cambiar un topónimo internacional?
Quizás Trump ignora que estos topónimos, que afectan a la navegación, requieren el consenso necesario para evitar equívocos en las cartas náuticas, y necesitan la aquiescencia de instituciones internacionales como la Organización Hidrográfica Internacional y el Grupo de Expertos en Nombres Geográficos de Naciones Unidas. Aunque también esta retoponimización puede ser excusa para descolgarse de estos organismos.
Trump podrá cambiar el topónimo del mismo modo que se cambia la antroponimia: mi familia y mis amigos me llaman Fran, pero en el registro civil mis padres me inscribieron oficialmente como Francisco de Asís. En Estados Unidos, con Trump, podrá llamarse como quieran. Internacionalmente y por acuerdo será golfo de México.
Francisco Molina Díaz: PDI. Área de Lengua Española, Universidad Pablo de Olavide
The Conversation
La diferencia entre un golfo y un cabo radica en que el golfo es una extensión de mar que invade una parte de la tierra, en cambio un cabo, es una punta de tierra que se adentra en el mar.


Gloria Cuenca: Las mentiras ¿Un nuevo poder?

Nombraron a 36 nuevos generales en la Aviación y 31 altos oficiales en la Armada venezolana
Hasta ahora son más los que ascienden que los que salen de la institución, creando un desbalance en la estructura piramidal de la Fuerza Armada Nacional

Licor a cualquier hora: la embriaguez regulada por el abandono

AQUÍ, AHORA... Segunda simulación electoral 2025

El mito del talento individual frente a la realidad del talento colectivo
En el siglo XXI las organizaciones operan en un entorno de rápidos cambios y alta competitividad, lo que exige una adaptación constante para sobrevivir. En este escenario, las personas y su talento se han convertido en el factor fundamental de diferenciación.

AQUÍ, AHORA... El Fiscal General y el Defensor del Pueblo, hoy

Doral, la ciudad más venezolana de EE.UU. que apoyó a Trump y ahora sufre el impacto de sus políticas migratorias.
Viviana Ferrer trabajaba en un restaurante entre 8 y 12 horas al día. Cuando volvía a casa se entregaba a dos sensaciones: el dolor de sus pies cansados y las ganas de abrir un negocio propio.

Centellazos Sin Censura: ¿Para qué ir a votar?

Centellazos Sin Censura: Día del periodista

Omar González Moreno: La mentira cambiaria
¿Sabes la verdad de la “guerra” contra el dólar paralelo, ahora más afectado por la crisis con Irán?

La universidad venezolana pierde las bases de su excelencia académica

Gobierno Regional da inicio a trabajos para la recuperación del techo de Catedral de San Felipe.
Feligresía y devotos, llenos de fe y esperanza. Gobernador Intoci pone el Templo pepeaito para el gran recibimiento de Nuestro Santo José Gregorio Hernández en el mes de octubre.

Primer Catálogo Cultural, Patrimonial y Turístico del Municipio Independencia


20 de julio de 1981, hace 44 años, Irene Sáez, obtiene de manera espectacular el cetro de MISS UNIVERSO
ESTO ES HISTORIA. Por Eduardo Patiño20 de julio de 2025Orgullo para todos los Venezolanos que la belleza nuestra deja en lo más alto el nombre de nuestro País.

Antiguo Internado Judicial de San Felipe: Voz Comunitaria exige transformar “La Cuarta” en Centro de Educación y Enseñanza.


