LA FELICIDAD DE VICENTE

Vicente D’Angelo  tiene muy en cuenta su  descendencia italiana, de aquí su coraje, su romanticismo y la importancia que para si tiene la Familia.

Curiosidades23/05/2025 Por: Evelio Salas

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El  orgullo de Genarino Felicce: Vicente, quién  desde niño asumió su arraigo a las costumbres  pueblerina  de su terruño, Cocorote. Allí degustó todo tipo de platos tradicionales, participó en actos sacramentales y jugó mucho, como todo niño. 

 

Vicente D’Angelo  tiene muy en cuenta su descendencia italiana, de aquí su coraje, su romanticismo y la importancia que para si tiene la Familia.

 

Estudió en las más reconocidas instituciones del Estado Yaracuy y Venezuela. Alcanzó títulos universitarios de ingeniería y de administración con postgrados, ayudó a su Padre en los negocios. 

 

Pero los éxitos de este joven, aunque de clase alta, se macularon  por los mismo conflictos sociológicos de todos: del pobre, del rico o de un clase media. Vicente no fue la excepción al flagelo sociológico de los ambientes escolares y comunitarios: El  acoso.

 

El acoso es  llamado ahora Bullying, el bullying  escolar muchos lo hemos enfrentado, como victimas por lo general, pero también en algún momento y de forma inconsciente, lo llegamos a utilizar para   burla, otros la usan como cascarón de defensa ocultando temores personales, algo así como reírse de otro por lo que uno mismo padece. Desde ambas posiciones simplemente desestimamos el daño que este produce.

 

Vicente con mayor o con menor intensidad, pasó su infancia sintiendo ser   víctima de sus crisis de  impotencia ante las agresiones, suprimió  su sistema nervioso tratando de evitar llorar delante de los niños que lo sometieron, bloqueo su natural segregación hormonal cuando le correspondía reír, sus neurotransmisores serotonina no se conectaron a las neuronas para la sensación de placer diario, al contrario, autodisminuyó la sensación de felicidad; durante la soledad estallaba en un acumulado de reacciones cual volcán en erupción, el Vesubio emocional. Vicente se refugió en la pésima compañera de los acosados: la soledad. Aún, a pesar de los cuidados  de su Padre y la atención de su Madre, finalmente Vicente  terminaba  en su dormitorio elucubrando pensamientos destructivos. 

 

Los estudios biogenéticos señalan que la “esquizofrenia” es una alteración del cromosoma número 5 del mapa genético, sin embargo en Vicente bastó la continua  intolerancia social y la llegada de un evento de alto impacto emocional para extrovertir descontroladamente su desorden.

 

Este momento que su Madre presentía, llegó. De poco sirvió la orientación psicopedagógica o la consulta, de poco sirvió cambiarlo de escuela. En ese presentimiento de lo no deseado, sobrevino que la Mamá de Vicente comenzó  a cargar aquella pesada Cruz cuando Genarino estuvo enfermo. De súbito llego lo más natural para cualquier ser humano, el mayor de los impactos emocionales para Ella y para Vicente, siempre  tan apegado a su Padre. Al fin, llegó la inevitable muerte de Genarino, falleció a causa de un paro cardiaco tras haber padecido el virus del COVID-19. 

 

La  Madre de Vicente estuvo solventando las necesidades económicas de la familia desde su empresa en Colombia durante esos meses, eran tiempos de migración forzada para  los Venezolanos, había escases de contratos de construcción. Genarino,  ya había almacenado sus maquinarias debido a la  poca producción, entonces le fue muy difícil cubrir la alimentación de su familia y para colmo les sucedió un grave evento de inseguridad personal poco tiempo antes: el secuestro a su Esposa. Se pagó el rescate pero las finanzas estaban en declive y fue cuando vino la dura decisión de ir a otras fronteras a trabajar. Le tocó a la Madre de Vicente, ella con un pequeño capital se abrió pasó levantando una pequeña empresa con sus conocimientos de. Para la Familia D’Angelo, como para muchas familias de Venezuela, solo a través de los envíos de  remesas e podía sobrevivir. Así, la Madre de Vicente, mantuvo cubiertas las necesidades de su Esposo, su hijo y hasta de su Madre. En esas condiciones llegó el momento de tan terrible dolor, Genarino contrajo el COVID y en pocos días murió.

 

Vicente suplicó ver el rostro de Genarino por última vez aquel 22 de Septiembre del 2021. La fecha del cumpleaños número 26 de Vicente era tres días después de la muerte de su Padre, ese día recibió sus cenizas, ese día el desorden biológico de la Esquizofrenia se unió al desorden social, implosionó Vicente y tras los actos de agresión se le declaró el padecimiento de tan implacable enfermedad, un mal invisible e inmedible, excepto por la presencia de un volcán de luces en la placa de la resonancia cerebral. Pocos meses y antes de que su violencia produjera otra muerte, Vicente sería ingresado al Sanatorio San Marcos de León del Municipio Nirgua.

 

Han transcurrido tres años desde la fatídica fecha, Vicente ahora tiene fijación sicológica hacia las personas, se siente acechado, acusa que todo el se le acerca lo roba, que lo quieren asesinar y hasta en su propia contra se ha intentado quitar la vida.

 

Solo le queda su Madre, pero su paranoia lo lleva a la locura de arremeterla. La acusa, la culpa, no entra en razón a cerca de aquel contexto que llevo a su Madre a emprender nueva empresa. Lo peor es que no ve la razón de su encierro a pesar de su agresividad contra todos y más contra su Madre. Ella, por sus sentimientos maternales  no puede evitar acercársele a pesar de los golpes sufridos todas las semanas, son inocultables los hematomas y siempre termina sucumbiendo al llanto tras las puñaladas en cada palabra de su propio hijo, Vicente le dice frases terribles. 

 

En lapsos muy corto de tiempo Vicente parece cuerdo, en otros, estalla de violencia,  piensa que le tienen animadversión, se siente inseguro, planifica la fuga, practica la manipulación y hasta la agresion sexual contra personas internas.

 

Tanto su hablar como su caminar son muy lentos, esto es consecuencia de los medicamentos, su contextura es fuerte, por eso  requiere más de cinco personas para controlarlo. 

 

Sin embargo, en su patología Vicente no pierde la memoria, pide a su Mamá que cuide de Amalia que es su gata, recuerda cada libro en su dormitorio, pide un teléfono para mantener activas sus cuentas de criptomonedas, su email y sus redes. Vicente logró crear el Himno que en adelante es símbolo musical de la institución que lo atiende. Lo más admirable es que ha creado una obra breve de literatura titulada  “La felicidad de Vicente”.

 

Los personajes de su obra, se pasean entre lo imaginario y lo real. El personaje central es él, viaja a Nápoles, la tierra natal de su Padre, se aventura a lo romántico, se imagina a la que será la madre de sus hijos, le dio el nombre de Laura, que significa victoria según narra. En su obra, Vicente se traslada por los balnearios de la Isla  de Margarita en el Estado Nueva Esparta, se inclina más por ser agricultor que pescador y vende sopa de verduras, razona que es mucho más rentable esto que la pesca. En su imaginación, suma otro personaje italiano que es Miguel, un amigo al parecer.

 

En “La Felicidad  de Vicente”, es él quien persigue  su ansiada Libertad, busca con desespero la salida de ese laberinto, de esos callejones y recovecos de su maltratada mente, el encierro corporal en aquel sanatorio es donde puede recibir tratamiento, pero es el mayor sufrimiento para su Madre, para Vicente y para todos.

 

Son muchos nuestros jóvenes y ancianos los que deambulan sin ninguna atención fuera de esta institución. Frecuentemente en la ciudad son violados, golpeados y viven en la indigencia. Contra eso luchan las sufridas madres.

 

Vicente dibuja en su literatura de felicidad una visión de futuro, de conformación de una familia con la Mujer a quien ama, hijos a quienes brindar  protección y alegría, esa es su puerta de salida del laberinto.

 

Hoy Thays se ha preparado para la visita, un día antes compró mucha comida, algo distinto para la dieta diaria de Vicente. Entre medicamentos muy específicos y útiles, el monto le sobrepasa sus ingresos actuales, le ha tocado vender muchas cosas heredadas de su esposo, otras fueron aprovechadas por amigos de lo ajeno. Pero el medicamento, la comida y los útiles semanales no pueden faltar, ella lleva un semblante de esperanza y nerviosismo, está vez su hijo podría tratarla mejor, desea escuchar de los médicos un informe de avance contra la enfermedad.

 

Al salir del sanatorio, la Mamá de Vicente debe caminar un trayecto largo de carretera cargada de bolsas, de tasas vacías y como siempre.. una bolsa de lágrimas en sus ojos. Se monta al autobús, se refugia en la ventana, los pasajeros la ven y tratan de consolarla pero ella está sumida en su dolor. Viene ahora con nuevos moretones en los brazos, el joven hijo estallo otra vez. La semana próxima volverá. 

 

Vicente comenzó a acudir a reuniones de orientación cristiana, ya menciona la palabra perdón, ha oído de Jesucristo como el cordero sacrificado por nuestros pecados, sin embargo aún tiene camino por recorrer. Aprenderá a  buscar su propio perdón que lo llevará  a su  ansiada libertad. Su madre renueva esperanzas, a ella solo le queda orar y  continuar acudiendo a la visita todas las semana hasta recibir su milagro, la Bendición.

La esperanza es la Fe de los que sufren, Dios tiene todo el Poder.

 

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