AQUÍ, AHORA... Traición continuada.

Análisis, opinión y reflexión04 de mayo de 2025 Por: Manuel Isidro Molina

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El pasado 30 de abril, Nicolás Maduro Moros anunció el aumento de la bonificación a pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y a los empleados públicos, vía «Sistema Patria». Nada de aumento salarial general ni del salario mínimo nacional, en particular, que lo que da es vergüenza: congelado en 130 bolívares mensuales desde el 15 de marzo de 2022, hoy equivale a US$1,46 al mes, con el dólar BCV 88,64 bolívares. 

Eso se llama «traición continuada» en contra de trabajadoras y trabajadores activos, jubilados y pensionados, condenados al hambre y la miseria, un proceso creciente y acelerado de empobrecimiento social que genera desnutrición, enfermedad y muertes prematuras en todos los grupos etarios. Así nos estamos consumiendo, empobrecidos y traicionados por quien tiene los riñones de llamarse «presidente obrero» sin ser ni una ni otra cosa.

 

La trampa de los «bonos»

La bonificación del salario es una política traidora, manipuladora e inconstitucional. Ademas, muy miserable.

En concreto, Maduro anunció dos aumentos de bonos:

1. El 'Bono de Guerra' pasó de 90$ a 120$, un aumento del 33,33%, pagadero en bolívares e indexado no con el costo de la «canasta basica» como refiere el articulo 91 de la Constitución, sino al dólar estadounidense que va rumbo a los 90 bolívares.

2. El bono a los pensionados del IVSS fue aumentado de 45$ a 50$, un 11.11% más.

Adicionalmente, el antiobrero miraflorino mantuvo congelados tanto el salario mínimo (130Bs.) como el bono de alimentación (40$) que solo rige para trabajadores activos. Ello conlleva una pensión mensual de 130 bolivares (1,46$) y la exclusión de los jubilados y pensionados del bono de alimentación, por lo que siguen atados al hambre y la miseria.

Esa traidora política de 'bonificación', ha sido consensuada con los empleadores privados nacionales y extranjeros. Su naturaleza es neoliberal y hambreadora, en abierta violación de la Constitución vigente, que ahora se proponen reformar para destruir los derechos laborales alcanzados por el pueblo venezolano desde 1936, reconocidos como «progresivos e irrenunciables».

Esta «traición continuada» a los trabajadores activos, jubilados y pensionados, desnuda al poder corrupto, codicioso y represivo que hoy enluta a Venezuela.

No es por algún 'error' o deliz gubernamental; es una abierta afrenta a la dignidad nacional venezolana, pisoteada hasta colocarnos como país saqueado, empobrecido y traicionado por sus gobernantes; y ciertamente también, maltratado y traicionado por quienes han promovido desde 2017 el bloqueo criminal a nuestras exportaciones petroleras y a las importaciones por parte del Estado venezolano. Ha sido un verdadero pandemónium contra la familia venezolana, en el que tirios y troyanos evaden sus responsabilidades, mienten y persisten en sus perniciosas políticas, todo acelerado a partir del gigantesco fraude electoral presidencial del 28 de julio de 2024 y la juramentación írrita del 10 de enero de 2025.

De trampa en trampa y de traición en traición, la tragedia historica que sufre Venezuela está siendo reflejada por diversos centros de investigación universitaria, organizaciones defensoras de Derechos Humanos y sindicatos y gremios profesionales, desde la profundización de la pobreza hasta el altanero crecimiento de la corrupción y la violación de los derechos constitucionales, bajo complicidad activa del Sistema de Justicia, vulgarmente adosado al abuso de poder y ciego y sordo ante la madeja de injusticias sociales que sufrimos.

Solo a un abusador del poder desaforado, puede ocurrírsele el descaro de festinar los anuncios de bonificación comentados. Así los recibió el pueblo, entre incrédulo y resignado ante el poder omnímodo desplegado por los usurpadores.

No vivimos tiempos de esperanza, ciertamente.

 

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