AQUI, AHORA: Otra vez, los mismos dos bandos

El análisis en términos binarios nunca resulta útil, lo empobrecen el conformismo y la falta de vigor intelectual. Sin embargo, es lo generalmente aceptado entre falsedades y engaños, metódica y premeditadamente desplegados sobre ánimo colectivo nacional.

Análisis, opinión y reflexión21 de septiembre de 2025 Manuel Isidro Molina
Los dos bandos

Venezuela sigue entrampada entre un régimen depredador, fracasado y traidor al pueblo y a la Constitución; y los factores que han escogido el camino de la servidumbre apátrida al postrarse ante el poder imperialista de Estados Unidos y los intereses de las oligarquías latinoamericanas. Esta dicotomía es falsa, pero la han hecho predominante. Comprenderlo es esencial para el buen diagnóstico y proyectar una estrategia exitosa hacia un proceso de reconstrucción integral de nuestra patria.

Nos han acostumbrado al engaño de lo simple y la mentira, para esconder culpas y preservar privilegios mezquinos y, por demás, perversos. 

La falsa dicotomía impuesta quiere hacernos creer que la alternativa es la preservación del fraudulento régimen corrupto, inmoral, represivo y abiertamente violador de los derechos humanos del PSUV, sus satélites y testaferros; o la imposición de un gobierno cipayo al mando de Donald Trump, Marco Rubio y el renombrado departamento de Guerra con sus cañoneras en el Caribe. Ninguna de las dos son opciones válidas. 

El análisis en términos binarios nunca resulta útil, lo empobrecen el conformismo y la falta de vigor intelectual. Sin embargo, es lo generalmente aceptado entre falsedades y engaños, metódica y premeditadamente desplegados sobre ánimo colectivo nacional.

El bando instalado en Miraflores, mediante abuso de poder, pretende mostrarse legítimo pero no lo es: todos sabemos que se robó descaradamente la elección presidencial del 28 de julio de 2024, que asesinó a hombres y mujeres inocentes que protestaron el fraude; y desató un esquema represivo que hasta hoy mantiene tras las rejas a unos novecientos inocentes, y bajo sometimiento judicial a otros diez mil excarcelados, amenazados de ser reencarcelados si incumplen la prohibición taxativa de expresarse libremente y participar democráticamente en asuntos públicos. Claramente, un ejercicio perverso del poder violando preceptos constitucionales con la acción rastrera de los corrompidos y cobardes miembros del Sistema de Justicia.

El otro bando, que ha capitalizado el decidido rechazo popular al régimen, se nutrió de la monserga macartista y decidió levantar la bandera del capitalismo neoliberal, como fórmula de 'libertad' y 'democracia', pero que en realidad excluye a las mayorías, explota y empobrece a los más necesitados y tributa casi todo a las minorías privilegiadas y al capital transnacional que se apodera del mundo y sus recursos. Eso explica su asociación dependiente, cipaya en toda la regla, con el gobierno expansionista y brutal del corrupto Donald Trump, condenado judicialmente por 35 delitos graves en su propio país.

Nadie en sano juicio puede asumir esa alternativa como única y definitiva para nuestra patria. La falsa dicotomía impuesta por los bandos que han motivado la tragedia histórica que sufrimos, debemos rechazarla. Ni uno ni otro son opción para la justicia social, el desarrollo armónico de Venezuela y el salto moral e inteligente que nos corresponde dar hacia el futuro, después de haber perdido el primer cuarto del siglo XXI. Han sido ya, 26 años de intolerancia, politiquería, errores garrafales y traiciones al pueblo y a la patria. La opción por construir desde el pensamiento honesto y la bondad para la solidaridad, es la del pueblo, en paz, dentro del marco constitucional y de los más elementales derechos humanos. Esa opción del pueblo justo y trabajador, es la de los derechos sociales, la equidad, la corresponsabilidad y el bien común, bases del verdadero ejercicio democrático en libertad. 

Como lo hemos dicho, Maduro debe irse, renunciar al poder usurpado; y Trump, retirar sus cañoneras, cesar los asesinatos en el Caribe, y respetar la soberanía e independencia nacional de Venezuela. Así de clara es la opción soberanista, constitucional y popular que debemos impulsar mayoritariamente. 

No a la usurpación del PSUV, y no a la guerra impuesta por los cipayos que están aplaudiendo el asesinato de los 14 lancheros masacrados en el Caribe, por ordenes del psicópata senil Trump, que tan descaradamente apoya el genocidio sionista en Gaza. 

El cerebro humano no es para uso binario.

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Mnuel Isidro circular

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