AQUÍ, AHORA... La simulación electoral del 25 de mayo

La renuncia de Maduro es el camino pacífico y constitucional más expedito para comenzar a superar esta tragedia histórica.

Análisis, opinión y reflexión12 de mayo de 2025 Manuel Isidro Molina
La Razon

El fracaso del simulacro electoral convocado por el incompetente y fraudulento CNE para el pasado sábado 10 de mayo, es apenas 'la punta del iceberg' de un terremoto político y social en desarrollo. En medio de la más fría y despreciable 'campaña electoral' -sin dar la cara y bajo la penumbra del corrompido abuso de poder-, los rectores y rectoras llamaron a conocer y comprobar el sistema de votación que aplicarán en dos semanas. No le interesó a la gente, no solo desinformada sino negada a convalidar la simulación electoral impuesta para el domingo 25 de los corrientes. 

 

El Consejo Nacional Electoral y quienes lo manejan desde el Poder Ejecutivo y el PSUV -junto con sus satélites y testaferros-, están en deuda con Venezuela y con el pueblo que mayoritariamente le dió un 'voto castigo' a Nicolas Maduro en la elección del pasado 28 de julio de 2024. 

 

A lo malandro, se robaron esa elección presidencial que ganó Edmundo González Urrutia muy holgadamente. Cometieron fraude descaradamente, porque les dió la gana y cómo les dió la gana: no hay explicación ni lenguaje que edulcore esa atroz fechoría política y moral. Actuaron como zafios, prevalidos de abuso de poder con la complicidad de los otros Poderes Públicos, cuyos magistrados cumplieron las órdenes de la comandita de Miraflores: adulteraron resultados, secuestraron las actas de votación y proclamaron como 'ganador' al perdedor. La Sala Electoral y la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia sentenciaron como válido el expolio a la voluntad popular expresada en las mesas de votación; y el 10 de enero de 2025, la Asamblea Nacional juramentó al perdedor como Presidente de la República para el período 2025/2031. 

 

Sobre una alfombra de muertos y más de 2.200 presos políticos secuestrados policialmente en unas 48 horas, se produjo esa írrita juramentación, tan inaceptable y fraudulenta como el 'resultado oficial' de la elección del 28 de julio, leído penosamente por Elvis Amoroso, presidente del CNE y ex Contralor General de la República, dos cargos en los cuales ha destacado por su obediencia supina a quienes controlan el poder. 

 

En ese monumental fraude -solo comparable con el expolio perezjimenista de 1952- radica el masivo desprecio popular hacia la simulación electoral del próximo 25 de mayo. Será cualquier cosa, menos una elección democrática y constitucional; y el pueblo no la quiere como no respeta al CNE por la falta de moral y decoro de quienes lo dirigen, bajo la estructura del régimen viciado, corrupto y represivo que encabeza Nicolás Maduro Moros. 

 

Por eso y mucho más, la inmensa mayoría del pueblo venezolano no irá a esa 'votación' del 25 de mayo, como lo augura la vergonzante y triste dizque 'campaña electoral'. Sabido es que estamos sometidos a un régimen de «apartheid político-electoral», que excluye y persigue a opositores políticos de las más diversas corrientes del pensamiento, bloquea a las tendencias políticas críticas y asalta judicialmente a las organizaciones partidistas utilizando jueces venales y politicastros a sueldo.

 

Camino al segundo gran fraude en menos de un año, el PSUV y sus asociados se disponen a ejecutar una grotesca simulación electoral, sin pueblo ni moral. Por esa vía, profundizarán la tragedia histórica que sufrimos en Venezuela: tratarán infructuosamente de sepultar en el olvido, el mega fraude de 2024; copar la Asamblea Nacional 2026/2031; y tomar por asalto las 23 gobernaciones y consejos legislativos. Sin calor popular ni votos, igual que vienen de asaltar la Presidencia de la República.

 

Capítulo aparte merece la bufonada de 'elección' del Gobernador y el Consejo Legislativo del 'Estado Guayana Esequiba', sin población ni asentamiento geográfico, y mucho menos actividad economica o estructura social: una torpeza sin precedentes, basada en la estupidez de creación de un Estado por mera maniobra politiquera, haciendo el ridículo mundial en detrimento de los legítimos derechos de la Patria sobre el Territorio Esequibo expoliado en el siglo XIX por el imperio colonial británico. Dentro de una verdadera politica nacional de rescate del Territorio Esequibo, lo posible y funcional política y estratégicamente, era la creación del 'Territorio Federal Esequibo', como lo permite la Constitución dando fuerza y pertinencia al Poder Ejecutivo para velar por los intereses irrenunciables de la República: así lo propusimos en 2023, desde el Movimiento Popular Alternativo (MPA).

 

La inmensa mayoría de venezolanas y venezolanos no le cree ni respeta a Maduro, por su pésimo gobierno empobrecedor y el régimen represivo y corrupto impuesto en contra de la soberanía popular. Sus doce años de lúgubre gestión ha saqueado a la nación y pisoteado los derechos sociales y laborales de nuestro pueblo, hoy sometido al hambre, la miseria, el abandono y la traición.

 

Tampoco le cree ni respeta al Consejo Nacional Electoral, por fraudulento e indigno. ¿Cómo, entonces, ir a votar el próximo 25 de mayo?

 

La renuncia de Maduro es el camino pacífico y constitucional más expedito para comenzar a superar esta tragedia histórica. Esa formalidad política, previo nombramiento de un confiable  Vicepresidente Ejecutivo de la República y de un nuevo y digno Consejo Nacional Electoral, abrirá la posibilidad de una nueva elección presidencial en 30 días, dada la «vacante absoluta» generada.

 

Con la simulación electoral del 25 de mayo, el régimen cavará más su tumba, nacional e internacionalmente; y quienes le acompañan recibirán la sentencia popular de condena firme y definitiva.

 

El destino de la Patria y la felicidad de nuestro pueblo ocupan mis pensamientos y compromisos. Les invito a reflexionar para sumar voluntades y engrosar el nuevo camino de rebeldía ciudadana y popular. Basta de politicastros, represores, corruptos y abusadores del poder. Frente a ese pesado fardo, firmeza y dignidad en la defensa de los derechos sociales, laborales y politicos constitucionales. 

 

Cierro con palabras del recientemente fallecido y admirado papa Francisco: «No debemos guardar silencio... Necesitamos y queremos un cambio».


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