La presión externa, la crisis interna y el colapso de la economía acercan el fin de un ciclo en Venezuela.

Los tres elementos del título sintetizan las dinámicas globales y locales, en la consciencia de que, si bien los elementos de sostenibilidad del chavismo en el poder son débiles y vulnerables, y que los costos de permanencia comienzan a superar a los costos de salida, también es cierto que, si los compensan con represión fuerte, pueden alargar su permanencia…

Análisis, opinión y reflexión18/05/2025 Benjamin Tripier

Asumiendo nuestra tradicional perspectiva de análisis estratégico, la semana culminada el 16 de mayo de 2025 refleja un entorno de ruptura inminente en Venezuela, marcado por la insostenibilidad del gobierno chavista, la escalada de presión externa liderada por Estados Unidos y la consolidación de la oposición bajo María Corina Machado. Los eventos recientes, especialmente la operación de extracción en la Embajada Argentina y las declaraciones de Washington, confirman la aceleración de escenarios de cambio forzado, dejando claro que los dos motores principales del cambio son la “presión externa”, liderada por Estados Unidos, que los lleva al aislamiento hasta de sus amigos tradicionales, y la “crisis interna”, con la deslegitimación, las fracturas internas, la pérdida de tracción popular y del otrora férreo apoyo militar en las bases, además del inminente colapso económico. Por otra parte, “el fin de un ciclo» evoca el cierre de 26 años de chavismo, resonando con la narrativa de un sistema en su etapa terminal.

Los tres elementos del título sintetizan las dinámicas globales y locales, en la consciencia de que, si bien los elementos de sostenibilidad del chavismo en el poder son débiles y vulnerables, y que los costos de permanencia comienzan a superar a los costos de salida, también es cierto que, si los compensan con represión fuerte, pueden alargar su permanencia…

Aunque conociendo a los personajes involucrados, parece difícil que puedan resistir a la implosión interna que, en forma seriada y escalonada, ya ha comenzado a desarrollarse. Porque hoy, el chavismo en el poder, opera como un gobierno de facto, carente de legitimidad popular y sostenido por la represión y la manipulación.

Las encuestas reflejan un rechazo masivo: Nicolás Maduro enfrenta 88,1% de desaprobación, Jorge Rodríguez 90,2%, Diosdado Cabello 91,3% y Delcy Rodríguez 91,7%, y otras figuras clave superan 90%. Este abismo en la confianza popular subraya la desconexión del gobierno chavista y sus figuras clave, con la sociedad.

En contraste, María Corina Machado goza de 73,9% de confianza, y Edmundo González 52,9%. Y 84,5% de los venezolanos rechaza olvidar los resultados del 28 de julio de 2024, exigiendo reconocimiento de la voluntad popular.

Por eso (y tantas otras cosas más) es que esta vez es diferentes a eventos anteriores donde pasado un tiempo corto, ya estaban en otros temas y la página había sido pasada… Hoy, nadie quiere pasar la página y en forma masiva, más pronto que tarde, la población… ese 84,5% hará sentir su peso, cuando el liderazgo de María Corina Machado así lo indique.

La operación de extracción en la Embajada de Argentina, ejecutada con precisión por Estados Unidos, Argentina y la inteligencia israelí, expuso la vulnerabilidad del chavismo y su incapacidad para controlar su propio territorio. Este evento, que no involucró negociación ni salvoconductos, fue un golpe a la narrativa de control del chavismo y generó un «terremoto interno», evidenciado por el silencio inicial y las respuestas tardías de figuras como Cabello, señalado por la falla de inteligencia.

Como parte de la implosión interna, la revolución, liderada por Cabello desde el 28 de julio pasado, organizó las elecciones del 25 de mayo próximo como si fueran unos comicios internos del chavismo (incluyendo a algunos pseudo opositores que se prestan al juego) para tratar de fidelizar a aquellos cuadros que aún no habían probado las mieles del poder, para que sean candidatos, tengan cargos y así tratar de frenar la mencionada implosión. Buscando proyectar normalidad, pero carecen de credibilidad.

Y, como parte tradicional de ese juego de poder, siempre hacen falta algunos “opositores” para recibir un par de cargos que también los recompense a ellos por los servicios prestados a la revolución. Que, en el caso de los dos nombres más visibles, han sido muchos servicios, y por largo tiempo… desde la famosa entrega del poder a Maduro por una mínima y cuestionada diferencia; hasta recibir alguna gobernación compensatoria.

Como les decía, internamente, el chavismo se sigue fracturando, con Cabello consolidando poder mediante persecuciones a rivales y asegurando territorios; su estrategia incluye represión a través de grupos como el ELN, el Tren de Aragua, y mercenarios internacionales, porque las bases militares con las que ya no cuentan, muestran descontento y se convierten en puntos ciegos, que no saben cómo reaccionarían ante un evento de ruptura… Si llegado el caso los apoyarían en contra del pueblo, o si, por el contrario, se plegarían a la institucionalidad que representan Edmundo González Urrutia como presidente electo, y María Corina Machado como líder indiscutible de la oposición al chavismo.

Porque el tema político tiene impacto directo sobre lo económico, la economía venezolana colapsa como resultado de la manera en que el chavismo, con incompetencia y corrupción, está manejando el país, lo cual nos coloca en situación de vulnerabilidad frente a la imposición de las sanciones de EE UU.

Porque, por ejemplo, en el caso de Irán, con sanciones aún más fuertes que las que le impusieron al chavismo, aunque hubo corrupción, no hubo incompetencia y hoy siguen produciendo de forma tal que hasta pueden intentar ayudar al chavismo… Pero es que el daño que le han hecho a la industria petrolera venezolana es tan grande que los iraníes no pudieron reactivar Amuay… Y ya que hablamos de eso, les veo poca vida a los chinos con Cardón.

Es que no hay manera de entender racionalmente, tanta incompetencia en el chavismo… en lo gerencial, en lo operacional y en el manejo del negocio… primero la corrupción, y recién después, atrás… lejos… la industria. Y ahora con la salida de las empresas petroleras clave. Se potenciará la caída de la producción que hoy se mantiene porque las petroleras de producción, Chevron, M&P, ENI, Reliance, Repsol y otras, más las cuatro de servicios, todas trabajan a toda máquina tratando de maximizar los resultados antes del 27 de mayo, fecha marcada por las sanciones para que suspendan actividades y abandonen el país.

Manteniendo en paralelo un activo y fuerte lobby en Washington para lograr que les permitan, o bien continuar operando, aunque sea con restricciones, o bien, al menos, mantener la presencia, aunque no tengan producción. Porque ellos tienen la percepción de que, si salen del país, no solo les canibalizarán sus activos en el raspado de olla final, sino que, cuando haya un cambio de gobierno, ya no las dejarán volver a entrar.

Y bueno… algo de razón tienen para preocuparse, porque se han manifestado abiertamente en aliadas financistas al gobierno chavista, proveyendo fondos para la represión brutal que se ejerció desde el 29 de julio pasado… No por nada es que el Congreso de EE UU, bautizó a ese petróleo como “barriles de sangre”.

Esta vez, el gobierno de Trump cree que por la «máxima presión» acelerará la asfixia financiera del gobierno de facto con la caída de los ingresos petroleros que acelerará y profundizará la recesión, inflación y devaluación; con impacto sobre las bases populares, las cuales, según las encuestas, a marzo de este año, responsabilizan, entre 66,7% y 71,1%, al gobierno chavista por la situación, mientras que solo 2,8% responsabiliza a las sanciones contra funcionarios, y 9,5% responsabiliza a las sanciones petroleras.

Por esa percepción, de que los pobres fueron utilizados como herramienta política, es que la pobreza ahora genera opositores, ya que la «fábrica de pobres» creada por el chavismo, ahora solo produce ciudadanos que rechazan al gobierno.

 Por otra parte, el sistema empresarial enfrenta riesgos crecientes de expropiaciones o confiscaciones que amenazan su patrimonio, mientras su dirigencia se alinea y convalida a un gobierno de facto que ya no se sostiene y elige asignar la responsabilidad de la debacle a las sanciones de EE UU, en vez de hacerlo a los verdaderos responsables que han llevado al país al límite del colapso, y que, al mismo tiempo, son los causantes, por su manera de comportarse internacionalmente, de la aplicación de las sanciones.

Y no se trata de soberanía… de lo que se trata es de representar, según los propios norteamericanos, desde Obama hasta Trump, “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interior de EE UU”.

La falta de inversión extranjera, espantada por sanciones y vínculos del chavismo con estructuras criminales transnacionales, perpetúa el estancamiento. La oposición, por su parte, promueve en foros como CERAWeek un plan de reconstrucción basado en privatización y seguridad jurídica, pero su implementación depende de una transición política.

 La pobreza extrema, resultado de dos décadas y media de políticas chavistas, alimenta el descontento, pero también la desconfianza hacia una élite empresarial percibida como cómplice del chavismo.

Aunque ninguna encuesta aborda directamente la percepción de los empresarios que negocian o hablan positivamente del gobierno, los datos disponibles permiten inferir lo siguiente:

Desconfianza generalizada: la alta desaprobación del gobierno (74,2-88,1% según diversas fuentes) y la percepción de corrupción en las instituciones sugieren que los empresarios alineados con el chavismo son probablemente vistos como parte de una élite corrupta, especialmente en un contexto de crisis económica severa;

Rechazo a las élites asociadas con el gobierno: el fuerte apoyo a figuras como María Corina Machado y Edmundo González, junto con el deseo de cambio político (85,2%), indica que cualquier actor percibido como cómplice del chavismo, incluidos los empresarios «enchufados», enfrenta un rechazo significativo; y

Narrativa opositora: la oposición, liderada por Machado, ha denunciado a empresarios cooptados como parte del problema, lo que refuerza la percepción negativa de estos actores en sectores amplios de la población.

O sea que las apreciaciones de la gente a la que se le pregunta, se dan por asociación; por ejemplo, la mayoría de los encuestados se identifica con la oposición, frente a una minoría baja que lo hace con el chavismo, por lo cual, el rechazo emergente podría extenderse a empresarios que hablen positivamente del gobierno, ya que son percibidos como parte del sistema que ha generado la crisis económica y social.

Porque lo cierto es que hay una falta de encuestas específicas sobre empresarios, lo cual puede deberse a que estos no son un grupo homogéneo ni un foco principal de los sondeos, que priorizan a otros actores políticos y sociales. Además, la «guerra de encuestas» complica la fiabilidad de algunos datos, ya que ciertas firmas son acusadas de favorecer al chavismo, mientras otras son críticas al chavismo.

 
El entorno actual, marcado por la audacia de la extracción, la asfixia económica impuesta por las sanciones petroleras, los vínculos del chavismo con estructuras criminales transnacionales y los pedidos de captura contra la cúpula, no deja espacio para la complacencia o la inacción. Todos los actores deben ajustarse a esta nueva realidad.

Regresando al tema de las sanciones y la posición del gobierno de Trump, ellos han adoptado una postura de «paz a través de la fuerza», con el objetivo explícito de forzar un cambio de gobierno en Venezuela. Las declaraciones del secretario de Energía, Chris Wright, y las alertas de viaje del Departamento de Estado, que comparan Venezuela con zonas de conflicto como Gaza, señalan que se avecina una escalada sin precedentes.

La mencionada operación de extracción en la Embajada Argentina, es vista como un ensayo para futuras acciones, demostrando la intencionalidad y la capacidad de Estados Unidos y sus aliados para operar en territorio venezolano, ya sea directamente o, como se supone que fue en el caso mencionado, una operación realizada por venezolanos con la guía de fuerzas extranjeras.

Incrementando la percepción del inicio de una «temporada de cacería» contra la cúpula chavista, muchos de los cuales enfrentan pedidos de captura; conscientes de que la ventana de tiempo de la administración Trump es limitada, lo que sugiere una búsqueda de resultados rápidos en la primera mitad de su mandato.

Esta presión externa, combinada con la insostenibilidad interna, apunta a un cambio forzado inevitable, aunque el chavismo sigue siendo peligroso en su desesperación.

En el otro extremo, no hay que perder de vista los esfuerzos reactivos y defensivos del chavismo para permanecer en el poder; a pesar de su insostenibilidad, incluye lo siguiente:

Uso de la fuerza y la represión, dejando claro que no entregarán el poder «por las buenas», y que para eso se apoya en grupos de represión, mercenarios como el ELN, sicarios del cartel de Sinaloa, Hezbolá, repatriados del Tren de Aragua, la guardia pretoriana presidencial del grupo Wagner, y algunos cubanos; además del respaldo del alto mando militar (a pesar de que la gran mayoría de las bases desearían la salida del chavismo). Figuras como Diosdado Cabello han prometido «máxima vigilancia y máximo control» sobre la oposición;

Control y manipulación del panorama político, intentando fabricar una «oposición artificial» y utilizar «falsos opositores» para diluir y debilitar el frente unido contra el chavismo. Convocan eventos como el del 25 de mayo de 2025 para «aparentar algo de normalidad», a pesar de carecer de legitimidad para administrar otra elección. Estos actos buscan otorgar cargos a quienes ya tienen planificado, sin que el resultado refleje la voluntad popular;

Persecución interna y consolidación de poder, pues dentro del propio chavismo, existe miedo y nadie está a salvo. Diosdado Cabello se está asegurando la ocupación de territorios y ha avanzado con la detención o desplazamiento de alcaldes y figuras que responden a otros sectores dentro de la revolución. También persiguen a quienes trabajaron con figuras críticas o potenciales rivales internos, enviando «un mensaje claro y contundente»: las dictaduras terminan por un proceso de «quién traiciona a quién»;

Fabricación de realidades virtuales y pérdida de iniciativa, que se evidencia en la tendencia a aislarse y «fabricarse» su propia realidad virtual con el propósito de mantener el poder. A pesar de ello, han perdido la iniciativa mediática y política, actuando a la defensiva y de forma reactiva. Por eso es que internamente la gente no percibe con claridad que se trata de un sistema que está de salida; y

Uso de la pobreza como herramienta política histórica, pues, por diseño ha necesitado de los pobres para garantizarse como modelo político; aunque ahora, como ya dijimos, la «fábrica de pobres» ahora produce opositores, pues quedó en evidencia que la destrucción de la economía y la multiplicación de la pobreza han sido consustanciales a su proyecto.

En resumen, si bien la premisa de un gobierno que legítimamente desea y puede quedarse en el poder, implica un enfoque en la gerencia, la economía y el respaldo ciudadano, las fuentes retratan a un sistema cuya estrategia de permanencia se basa en la coacción, el control, la represión y la manipulación, actuando desde una posición de insostenibilidad y miedo interno, y aferrándose al poder «cueste lo que cueste». Este enfoque, según el análisis, no garantiza una permanencia sostenible, sino que subraya la naturaleza de facto del gobierno.

De cara adentro de la Venezuela de hoy hay mucha confusión y a veces el desánimo afecta a las personas, las cuales se recuperan rápidamente, pues la realidad inclemente les indica, de una manera cruda y violenta -como irse a la cama sin comer- que esto no puede seguir así, y que las cosas tienen que cambiar.

Las recomendaciones

Al gobierno chavista (incluyendo a la cúpula con pedidos de captura): que cese la represión e inicie un diálogo para la transición, buscando una salida negociada con mediadores internacionales, asegurando garantías mínimas para la cúpula mientras se protege a la población de un colapso violento. Y que desarrolle medidas para beneficiar a la población, tales como liberar presos políticos, como gesto unilateral de buena voluntad, reduciendo tensiones internas y mejorando la percepción internacional. Garantizar acceso a alimentos y medicinas, redirigiendo recursos, aunque limitados, hacia programas de asistencia humanitaria supervisados por organismos internacionales, aliviando la crisis social. Estas medidas podrían preservar una mínima influencia política futura para el chavismo como fuerza democrática, evitando un desenlace catastrófico. 

A la dirigencia opositora (liderada por María Corina Machado): que capitalice su legitimidad y la presión externa para preparar el terreno para una transición. Las siguientes recomendaciones son claves:

Mantener la unidad monolítica: evitar fracturas internas y rechazar cualquier participación en ejercicios como el del 25 de mayo, que solo legitiman al chavismo;

Comunicar el plan de reconstrucción: continuar articulando en foros internacionales y hacia la población un proyecto basado en privatización, inversión extranjera y desmantelamiento del «Estado empresario», generando esperanza y respaldo;

Administrar el tempo de la movilización: evitar acciones intempestivas en las calles hasta que la presión externa (sanciones, operaciones como la de la embajada) y las fracturas internas del régimen creen el «momento político perfecto»; y

Fortalecer alianzas internacionales: consolidar el apoyo de Estados Unidos y aliados regionales como Argentina e Israel, asegurando un respaldo explícito para la transición.

La oposición debe ser un faro de claridad estratégica, evitando el ruido mediático y preparando a la población para una movilización decisiva cuando las condiciones sean óptimas. 

A la dirigencia empresarial (cooptada por el chavismo): Que tomen consciencia de que se están “inmolando” por un gobierno en vías de salida. Continuar culpando exclusivamente a las sanciones de Estados Unidos por el desastre económico es insostenible; deben reconocer públicamente el daño causado por 25 años de políticas chavistas. Las recomendaciones para cada empresario en las que he venido insistiendo son:

Proteger el patrimonio: documentar meticulosamente la propiedad para prevenir expropiaciones o confiscaciones desesperadas del régimen. chavismo;

Despolitizar las cúpulas gremiales: transformar las instancias empresariales en espacios técnicos, no instrumentos del chavismo, para preservar su funcionalidad en la transición… Al paso que van no serán considerados positivamente;

Reconocer públicamente la verdad: admitir que el colapso económico se debe también a la corrupción, la estatización y la destrucción del sector privado por el chavismo. Un comunicado claro en este sentido puede reposicionar al sector como parte de la solución; y

Prepararse para la transición: diseñar estrategias para operar en una economía de mercado funcional, alineándose con el plan de reconstrucción de la oposición (privatización, seguridad jurídica).

Deben asumir un rol responsable, protegiendo su futuro y contribuyendo a la recuperación nacional. La situación es fluida y potencialmente explosiva. La planificación estratégica, la comunicación asertiva y la ejecución impecable serán determinantes en las próximas semanas y meses.

 

El Nacional – Análisis de entorno – E-mail: [email protected] – Twitter: @btripier

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