Héctor Navarro: DE ALACRÁN  A  RATICA

Una cosa es ser ladrón de bancos y otra es robar celulares. Eso le podría dar nivel a un delincuente, pero cuando se habla de dignidad no se puede decir de mucha o poca. La persona que pierde la dignidad es catalogada como indigna y punto.

El odio que sembró y parece que va a seguir sembrando José Brito a su alrededor deja bien claro que no podrá volver a participar nunca jamás en otra elección para algún cargo de votación popular; es más, tanto es el daño que ha hecho a su persona que ni siquiera alguien cercano a él, llámese amigo o familiar tendría la más mínima opción de  triunfo por más regalos que haga. Seguro que al final simplemente se lo van a chulear.

Con ese objetivo de hacer fortuna para tener una vejez cómoda, (no se sabe a qué precio lo tendrá que pagar la persona) lo primero que tiene que perder es la dignidad. 

Por supuesto que esta acción tiene sus consecuencias, desafortunadamente los primeros en pagarlas, sin tener nada de culpa, son los hijos. Cambiar a un hijo, de colegio, por no aguantar el bullying podría ser una de esas consecuencias.

Esa factura por haberse convertido en "El francotirador" contra María Corina tendrá que pagarla, como también tendrá que pagar otras cuentas.

Por ahora, y por siempre, ni siquiera ganará una elección como Alcalde en El Tigre.

CANDILEJAS ORIENTE.