"Aya de Yopougon" desafía la creencia de que a Occidente no le interesa leer historias africanas

ARTE Y CULTURA30 de julio de 2025 Manuel Gómez Campos
LITERTUA AFRICANA
LITERATURA AFRICANA

La serie de cómics Aya de Yopougon , creada por la marfileña Marguerite Abouet, ha marcado un antes y un después en la literatura escrita por mujeres del África francófona. Esta obra constituye un ejemplo claro de cómo la literatura puede llegar a rincones de todo el mundo y, además, conquistar a un público de edades muy diferentes.

Pero ¿cuáles han sido las claves de su éxito? ¿Cómo llega a nuestras manos? Y, sobre todo, ¿qué tiene Aya para conquistar?

 

Las barreras de los críticos literarios

Las obras de autores como Ken Bugul , Fatou Diome o Mariama Bâ se desarrollan en países como Senegal, Mali, Benín o Costa de Marfil, y sus protagonistas son, en su mayoría, africanos, lo cual no debe sorprendernos demasiado.

La escritora Fatou Diome en 2015. Claude Truong-Ngoc / Wikimedia Commons , CC BY-SA


No obstante, a lo largo de la historia, la literatura femenina africana francófona ha sido tachada de “local”. Algunos críticos literarios o académicos han considerado que estas obras se centran demasiado en aspectos africanos y que, por tanto, no iban a interesar a un público más occidental.

Así lo explica la traductora Laura Remei Martínez-Buitrago : "El no-conocimiento es uno de los grandes hándicaps que tienen que lograr

No obstante, a lo largo de la historia, la literatura femenina africana francófona ha sido tachada de “local”. Algunos críticos literarios o académicos han considerado que estas obras se centran demasiado en aspectos africanos y que, por tanto, no iban a interesar a un público más occidental.

Así lo explica la traductora Laura Remei Martínez-Buitrago : "El no-conocimiento es uno de los grandes hándicaps que tienen que lograr vencer. Esta opinión generalizada de las casas editoriales la he visto con muchas obras: demasiado africano para ser aceptado por el mundo occidental, dicen". Otros críticos literarios han optado por situar y delimitar, en un mismo grupo, a todos los escritores africanos en torno a una “unidad cultural negra” ligada a los problemas del mundo negro .

A modo de ejemplo, la obra de la escritora Aminata Sow Fall , considerada pionera de la literatura femenina africana francófona, tardó tres años en ver la luz. La editorial estimó inicialmente que los occidentales no iban a comprenderla al estar centrado en una cultura local . La autora senegalesa respondió a la editorial que finalmente todo el mundo tiene un origen y, por tanto, un lugar de pertenencia, lo que nos tiene a todos locales. Su novela Le Revenant fue rechazada en un primer momento, pero finalmente la misma editorial la publicó en 1976. Afortunadamente, con el tiempo se ha convertido en un clásico de la literatura africana francófona.

Trabajas en el negocio

Sin embargo, la barrera de los críticos literarios no es la única que han debido, deben y deben sobrepasar las autoras. Para que una obra llegue a un público mayor, las escritoras africanas necesitan encontrar editorial.

Un aspecto que puede parecer simple ha generado una compleja desigualdad, como se ha comprobado en el caso de las escritoras beninesas, quienes se han enfrentado a la falta de interés por publicar sus obras incluso en su propio país. Ante esta situación, muchos han optado por editoriales extranjeras para asegurar la difusión de sus textos.

Ejemplo de ello son Gisèle Hountondji , quien prefiere escribir únicamente cuando recibe pedidos procedentes de Europa, u Hortense Mayaba , quien asegura que en Benín no se promueven las obras literarias. Estos autoras han tenido que publicar sus obras en editoriales extranjeras para conseguir que puedan leerse.

Pero ¿acaso la literatura debe mantener siempre un cierto aspecto global para ser de interés? A primera vista, la respuesta podría parecer sencilla, pero el debate es más profundo.

Las historias han traspasado culturas desde tiempos inmemoriales, sin que sus raíces locales impidan su impacto universal. Obras como Cumbres borrascosas de Emily Brontë, ambientada en los paisajes de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, o Las uvas de la ira de John Steinbeck, que retrata la migración y las dificultades de Estados Unidos, son ejemplos de narrativas profundamente ligadas a un territorio y una realidad específica, pero que han alcanzado reconocimiento mundial.

Si estas historias han trascendido sus fronteras geográficas y culturales, ¿por qué no sucede lo mismo con ciertas narrativas africanas que reflejan realidades locales?

La recepción de la novela gráfica Aya de Yopougon.
Podemos medir el nivel de éxito de una obra, entre muchos otros parámetros, analizando las traducciones que dicha obra ha tenido en otros idiomas. Se considera así que ha llegado, o ha tenido la posibilidad de llegar, a un público mayor.

Portada de uno de los libros de Aya de Yopougon . Editorial Norma

La serie de historietas de Aya de Yopougon ha sido traducida a quince lenguas y ha conseguido vender más de 800 000 ejemplares desde su primera publicación en 2005. Este logro la sitúa como una de las obras más vendidas de la literatura africana contemporánea.

Marguerite Abouet , autora de la obra, se dio cuenta de que la gente tenía un gran desconocimiento sobre África y que debía explicar su continente, alejándose de los estereotipos . Primero lo hizo a través de un personaje llamado Akissi y después con la protagonista de las historias de Aya de Yopougon . Los relatos pasaron de publicarse como novela a transformarse en novelas gráficas gracias al ilustrador Clément Oubrerie.

Aya es una chica marfileña que vive en uno de los barrios más populares de Abidjan: Yopougon. Las historias cuentan las aventuras de esta joven, sus inseguridades, sus sueños y los de otros personajes del mismo barrio. La serie se caracteriza por representar la vida marfileña sin estereotipos y mostrar la esencia del barrio, siendo un gran ejemplo de una obra que no se centra exclusivamente en lo que los medios de comunicación a menudo reflejan el continente africano: miseria y barbarie.

No cabe duda de que una literatura tan creativa y llena de diálogos con referencias culturales, onomatopeyas o expresiones propias de Costa de Marfil plantea una dificultad añadida para su traducción a cualquier otra lengua. Estos retos son propios de numerosas obras literarias llenas de imaginación, neologismos y estilo propio .

Aya de Yopougon es una muy buena manera de que los lectores se acerquen a la cultura marfileña, independientemente de su país de origen. Su reciente adaptación al cine ha ampliado aún más su alcance , y su éxito demuestra que las narrativas africanas pueden tener una proyección internacional sin necesidad de tener que ajustarse a cánones ajenos a su identidad cultural.
  

The Conversation: Manuel Gómez Campos PDI Traducción e Interpretación, Universidad de Córdoba

Te puede interesar
Estadio-de-Maracaná-Wikipedia2

La RAE aclara que maracanazo se escribe en minúscula

Dick Elías Torres CNP 4691
ARTE Y CULTURA16 de julio de 2025

La Fundación del Español Urgente promovida por la Real Academia Española (Fundéu RAE) aclara que la palabra maracanazo, en referencia a la victoria de la selección de fútbol de Uruguay contra Brasil en la final del Mundial de 1950, se escribe con minúscula.

Lo más visto
Alonso Moleiro

Alonso Moleiro: El chavismo está imponiendo con puño de hierro su poder absoluto en Venezuela.

Fran Tovar
Análisis, opinión y reflexión28 de julio de 2025

El lunes 29 de julio del año pasado, una multitud de venezolanos tomó las calles de las principales ciudades del país para rechazar los resultados electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral. Los datos de las presidenciales celebradas el domingo 28 difundidos por el árbitro, controlado por el Gobierno, otorgaban el triunfo a Nicolás Maduro. El mandatario no presentó pruebas que lo certificaran.