Motores chinos para drones rusos disfrazados de refrigeradores: ¿Una denuncia creíble?

Noticias Internacionales25 de julio de 2025 Por Gladmar Vivas
Motores

24 de julio de 2025 – La agencia Reuters ha publicado un informe explosivo donde asegura que motores chinos, destinados a drones de ataque rusos «Garpiya-A1», están siendo enviados a través de empresas ficticias bajo la fachada de «unidades de refrigeración industriales» para eludir sanciones occidentales.

Según el reporte, estas operaciones han permitido al fabricante ruso de armas IEMZ Kupol aumentar significativamente la producción de estos  drones. Esto a pesar de las restricciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea en octubre de 2024. La denuncia, basada en documentos internos y fuentes de seguridad europeas, cuestiona el cumplimiento de sanciones y el papel de China en el conflicto en Ucrania.

Pero, ¿hasta qué punto es veraz esta acusación?

 

Detalles de la denuncia

El informe de Reuters detalla cómo los motores L550E, fabricados por la empresa china Xiamen Limbach Aviation Engine Co., han sido clave para la producción del drone «Garpiya-A1». Estos drones son hechos por la empresa Kupol, una subsidiaria de la estatal rusa Almaz-Antey. Tras las sanciones impuestas a Xiamen en octubre de 2024, una nueva empresa china hace los envíos. Se trataría de Beijing Xichao International Technology and Trade, quien los envía a través de una cadena de intermediarios. Estos motores, según documentos revisados por Reuters, son etiquetados como «unidades de refrigeración industriales». Así que presentan en los documentos de transporte para evitar la detección por parte de las autoridades chinas y occidentales.

Un documento interno de Kupol, citado por Reuters, revela un contrato con el Ministerio de Defensa ruso para producir más de 6.000 drones «Garpiya» en 2025. Este sería un aumento significativo desde los 2.000 fabricados en 2024, con más de 1.500 entregados para abril de este año. Estos drones de largo alcance, que incorporan tecnología china como motores, sistemas de control y navegación. Son utilizados por Rusia para atacar objetivos civiles y militares en Ucrania, con un promedio de 500 ataques mensuales, según inteligencia militar ucraniana.

El informe también señala que los envíos se realizan a través de una ruta que va desde Pekín a Moscú y luego a Izhevsk, donde Kupol tiene sus instalaciones de producción. Empresas rusas como SMP-138 y LIBSS actúan como intermediarias, recibiendo los  motores disfrazados. Este esquema, según tres fuentes de seguridad europeas, permite evadir los controles de exportación chinos y las sanciones internacionales.

 

Contexto y antecedentes

La denuncia no surge en un vacío. En septiembre de 2024, Reuters ya había reportado que Kupol utilizaba tecnología china para producir los drones «Garpiya». Los mismos estan basados en el diseño iraní Shahed pero dependientes de componentes chinos. Este nuevo informe amplía la narrativa, destacando cómo, tras las sanciones a Xiamen, surgieron nuevos intermediarios para mantener el flujo de suministros. La dependencia de Rusia en componentes extranjeros, especialmente chinos, para su industria de drones ha sido recurrente desde el inicio de la guerra. Un informe de mayo de 2025 señaló que las importaciones rusas de piezas de drones desde China se triplicaron. Ya alcanzan los 500 millones de dólares, a pesar de una caída en las exportaciones generales de electrónica china a Rusia.

China, por su parte, ha negado repetidamente cualquier suministro de armas letales a Rusia. Afirmando que mantiene un control estricto sobre la exportación de bienes de doble uso y que permanece neutral en el conflicto. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino declaró a Reuters que desconocía las exportaciones de piezas para los drones «Garpiya». Y aseguró que cumple con sus leyes y obligaciones internacionales. Sin embargo, la presencia de componentes chinos en drones rusos, confirmada por inteligencia ucraniana, plantea dudas sobre la eficacia de estos controles.

 

Evaluación de la veracidad

La denuncia de Reuters parece sólida por varias razones, pero también enfrenta limitaciones que invitan a la cautela:

Puntos a favor de la veracidad:

Fuentes documentales: Reuters basa su informe en documentos concretos, como contratos, facturas, cartas internas de Kupol y documentos de transporte, lo que proporciona una base tangible para las acusaciones.

Testimonios de expertos: Las tres fuentes de seguridad europeas, aunque anónimas debido a la sensibilidad del tema, añaden credibilidad al señalar un patrón de evasión de sanciones. La participación de agencias de inteligencia ucraniana refuerza la narrativa, dado su acceso a restos de  drones derribados en Ucrania.

Antecedentes consistentes: Informes previos, como el de septiembre de 2024, ya habían identificado el uso de tecnología china en los drones «Garpiya». La continuidad de esta narrativa, junto con la mención de nuevas empresas intermediarias tras las sanciones, sugiere un esfuerzo deliberado para mantener la cadena de suministro.

Contexto geopolítico: La relación económica entre China y Rusia se ha fortalecido desde el inicio del conflicto en Ucrania, con China emergiendo como el principal proveedor de bienes de doble uso para Rusia. La práctica de usar empresas ficticias y etiquetas falsas no es nueva en el comercio internacional para eludir sanciones.

 
Puntos que invitan a la precaución: Falta de respuesta directa: Ni Xiamen Limbach ni Beijing Xichao respondieron a las solicitudes de comentarios de Reuters, y no se pudo determinar cómo Xichao obtuvo los motores de Xiamen. Esto deja un hueco en la cadena de suministro que limita la confirmación total del esquema.

Ausencia de confirmación oficial: El Ministerio de Defensa ruso, Kupol y otras entidades rusas no respondieron a Reuters, lo que impide verificar directamente los contratos citados. La falta de respuesta del Ministerio de Comercio e Industria ruso y de la Comisión Europea también deja lagunas en la narrativa oficial.

Neutralidad china: China insiste en su neutralidad y en que no tiene conocimiento de estas exportaciones. Aunque esto puede ser una negación estratégica, no se han presentado pruebas de que el gobierno chino esté directamente involucrado, lo que sugiere que las operaciones podrían ser realizadas por empresas privadas actuando de forma independiente.

Limitaciones de las fuentes anónimas: Las fuentes europeas pidieron anonimato y solicitaron que ciertos detalles, como fechas y costos de contratos, no se divulgaran. Esto, aunque comprensible por razones de seguridad, reduce la transparencia y dificulta la verificación independiente.

 

Reacciones y contexto en redes sociales

La noticia ha generado revuelo en plataformas como X, donde usuarios han expresado una mezcla de indignación, escepticismo y sarcasmo. Algunos, como @IllyChakrabarty, comentaron con humor: “¿Pensé que solo eran chips de  refrigeradores y lavavajillas? ”, mientras que otros, como @MaimunkaNews, destacaron la gravedad de la acusación al compartir el titular de Reuters.

Estas reacciones reflejan tanto la sorpresa ante los métodos de evasión como la frustración por la dificultad de frenar el flujo de tecnología hacia Rusia. Sin embargo, las publicaciones en X no constituyen evidencia factual. Solo reflejan el sentimiento público, que varía entre la condena a China y el escepticismo sobre la capacidad de las sanciones para detener estas operaciones.

 

Implicaciones del caso

La denuncia, si se confirma plenamente, tiene implicaciones significativas. El aumento en la producción de drones «Garpiya» —de 2.000 en 2024 a más de 6.000 en 2025— representa una escalada en la capacidad de Rusia para atacar objetivos en Ucrania. Estos drones contribuyeron al incremento de víctimas civiles, con 232 muertos y 1.343 heridos solo en junio de 2025, según la ONU. La dependencia de tecnología china también subraya la vulnerabilidad de Rusia a interrupciones en la cadena de suministro. Un informe de mayo de 2025 dice: si China restringiera la exportación de componentes clave, como motores eléctricos, la industria rusa de drones podría colapsar.

Para la Unión Europea y Estados Unidos, esta situación pone de relieve las limitaciones de las sanciones actuales y la necesidad de controles más estrictos en las cadenas de suministro globales. Un funcionario europeo citado por Reuters indicó que la UE no busca cortar los lazos económicos entre China y Rusia, sino fortalecer los controles aduaneros y financieros para limitar el flujo de bienes de doble uso.

La denuncia de Reuters sobre el suministro de  motores chinos disfrazados de refrigeradores para drones rusos es creíble. Está respaldada por documentos y fuentes de inteligencia europeas y ucranianas, así como por antecedentes consistentes sobre la colaboración tecnológica entre China y Rusia. Sin embargo, la falta de respuestas directas de las empresas involucradas y la ausencia de confirmación oficial de algunos actores clave invitan a tratar la información con cierta cautela. Aunque las pruebas presentadas son sólidas, la opacidad inherente a estas operaciones clandestinas dificulta una verificación completa.
 

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