Señaló que limitaciones de Venezuela impiden política de estabilización económica exitosa.
ECONOMÍA Y FINANZAS06/06/2025 Pedro Palma
En pleno revuelo por las detenciones que la administración de Nicolás Maduro ejecuta para tratar de controlar la volatilidad del precio del dólar en el mercado, conviene traer de vuelta la entrevista con el economista, individuo de número, fundador y expresidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Pedro Palma.
Recientemente, en conversación con Efecto Cocuyo, el sociodirector de la firma de consultoría económica y financiera Ecoanalítica explicó el por qué la divisa estadounidense está fuera de control una vez más y las condiciones para implementar una política de ajuste y de estabilización económica exitosa que permita a Venezuela salir de la crisis.
A continuación, siete claves de su mensaje:
El también profesor emérito del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) recordó que el tipo de cambio empezó nuevamente a subir desde octubre de 2024 porque el Banco Central de Venezuela (BCV) no pudo mantener el equilibrio entre oferta y demanda de dólares en el mercado.
Lo atribuye, entre otras cosas, a que el gobierno adelantó la navidad el año pasado, dio bonos, lo cual implicó una inyección adicional de bolívares en el mercado que terminaron en el mercado cambiario para comprar dólares artificialmente baratos, lo que a su vez estimuló la demanda de la divisa estadounidense, el encarecimiento de los productos importados y por lo tanto la inflación.
Resaltó que la estabilización del tipo de cambio fue una estrategia que siguió el gobierno desde 2023, pero “explotó” por lo insostenible en el tiempo y es que el BCV, subrayó, tiene unos niveles de reservas internacionales muy bajos.
Advirtió igualmente sobre el aumento de la inflación que registraba un dígito (4%) para octubre de 2024, pero que “saltó” a casi 10% para el cierre del año pasado y se “montó” en más de 20% para abril, según estimaciones de Ecoanalítica, “producto de una depreciación del bolívar muy intensa”.
Indicó que las expectativas negativas por la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y el empeoramiento de las sanciones, influyeron.
“Cuando una persona quiere importar materias primas o un equipo, repuestos, productos terminados o cualquier otra cosa, necesita dólares y cuando los va a comprar no encuentra a precio oficial, la única forma de obtener ese dólar es pagando el precio del mercado libre”, advirtió.
Palma mencionó que el hecho de que cualquier país del mundo que compre petróleo venezolano sea penalizado por EEUU implica una reducción de los volúmenes de exportación que han bajado de forma importante, entre febrero, marzo y abril, aunado al hecho de que donde se logre colocar el crudo venezolano por vías no convencionales, deberán hacerse grandes descuentos.
“Ello significa una reducción de ingresos de divisas y obviamente una escasez de dólares, lo que se traduce en mayor precio de ese dólar, sobre todo porque las expectativas son que en el futuro eso va a continuar y puede inclusive empeorar y, por lo tanto, la gente lo que está haciendo ahora es, antes de que se encarezca más el dólar, comprar al precio actual y eso suma para presionar al alza el precio del dólar”, añadió.
Expresó que no le sorprendería que este año sea de contracción económica, producto del freno de la demanda por la subida de precios y la volatilidad del dólar entre otros factores como el empeoramiento de las sanciones, y con ello el freno a las posibilidades de producción.
Ante la generalización de la pobreza por la recesión económica, el economista señaló que ante el bajo poder adquisitivo de la población, surgen los llamados mercados masivos en los que las personas con pocos recursos consumen pequeñas presentaciones de productos, pero con más frecuencia (no un litro de shampoo sino un sobre por ejemplo).
Sugiere a quienes producen o comercializan ese tipo de productos, a basarse en volúmenes de venta con formatos sencillos, pequeños y baratos.
Dejó claro que ante las limitaciones que hoy afectan a Venezuela, producto de la crisis política, las posibilidades de implementar un ajuste (para corregir alta inflación, desequilibrio cambiario, monetario, fiscal) y de estabilización económica exitosa son “bastante escasas”.
La razón, destacó, es que hay políticas de ajuste que exigen, entre otras cosas, que se cuente con el acceso a los mercados financieros internacionales que hoy están cerrados para Venezuela. Que el BCV pueda contar, por ejemplo, con financiamiento importante del Fondo Monetario Internacional y de otros organismos multilaterales, a los cuales tampoco tiene acceso.
Palma sostuvo que el salario mínimo en Venezuela ya prácticamente ha desaparecido y que las remuneraciones que reciben los trabajadores se concentran en bonificaciones y acuerdos de negociación con los empleadores. Los que sufren, expresó, son los jubilados porque esos bonos no se reflejan en lo que recibirán al finalizar la relación de trabajo.
Explicó que no es tan sencillo que el gobierno decrete un aumento del salario mínimo porque su fuente de financiamiento para el gasto público es deficitario; es decir, gasta más de lo que le ingresa y hace que el BCV cree dinero para financiar gasto público deficitario. “Pero eso tiene un costo y el costo ya lo hemos pagado en Venezuela (2018-2019): hiperinflación.
Y aunque aclaró que no es la única causa pero sí una de las más importantes.
Efecto Cocuyo
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