El jabillo y la siembra de agua: se le conoce más por otras características que por ser una especie clave para la captación de agua.

Biodiversidad31 de octubre de 2025 Edito Hidalgo
jabillos
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Si bien los árboles, en general, son fundamentales para la conservación del agua, no hay evidencia específica de que el jabillo (Hura crepitans) o el semeruco (Malpighia emarginata) sean las especies más adecuadas para la técnica de "siembra de agua". La siembra de agua se refiere a métodos de recolección, infiltración y restauración de acuíferos, y algunas especies son más eficientes que otras para esta labor. 


El jabillo y la siembra de agua
El jabillo es un árbol nativo de zonas tropicales que puede crecer en una variedad de hábitats. Sin embargo, se le conoce más por otras características que por ser una especie clave para la captación de agua.

No es la mejor opción: No se destaca por tener una alta capacidad de atraer o retener agua en comparación con otras especies más especializadas.


Sustancias tóxicas: Su savia es tóxica, lo que ha llevado a su uso tradicional para aturdir peces. Su siembra debe considerarse con precaución, especialmente cerca de fuentes de agua que puedan ser contaminadas.


Dispersión de semillas: El jabillo dispersa sus semillas con explosiones, y estas flotan, lo que puede causar que se propague y actúe como una plaga en ciertas áreas.

 
El semeruco y la siembra de agua

El semeruco, también conocido como cereza de las Indias Occidentales, es más valorado por su fruto rico en vitamina C que por su capacidad para la conservación del agua. Aunque, como cualquier árbol, contribuye a los ciclos hídricos, no es la opción ideal para proyectos de siembra de agua.

Sin propiedades especiales: No se le atribuyen propiedades específicas para la infiltración masiva de agua en los acuíferos.


Foco en el fruto: La mayor parte de la información sobre el semeruco se centra en sus propiedades nutritivas y sus usos culinarios, no en sus beneficios hidrológicos. 


Alternativas más efectivas


Para la siembra y conservación de agua, es preferible utilizar especies nativas conocidas por su eficacia, como:
Sauces: Tienen un sistema radicular extenso que estabiliza el suelo, previene la erosión y ayuda a la retención de agua.
Tabaquillo (Polylepis australis): En ciertas regiones andinas, este árbol capta el agua de las nubes y la filtra gradualmente al suelo, alimentando las fuentes de agua.


Especies nativas recomendadas: La mejor opción siempre será plantar árboles nativos de la región donde se quiere conservar el agua, ya que están mejor adaptados al clima y al ecosistema local. 


Conclusión

Aunque el jabillo y el semeruco aportan, como cualquier árbol, beneficios ecológicos, no son las especies más idóneas para una estrategia de "siembra de agua". Existen otras especies nativas, con características más adecuadas para captar y retener agua de manera efectiva, que son preferibles para este propósito.

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