El día en que un trasplante me regaló "dos manos hermosas" 17 años después de haberlas perdido

En el otoño de 2024, Luka Krizanac, un joven suizo de 28 años, se despertó en una cama de hospital en Pensilvania, Estados Unidos, después una compleja operación en sus manos.

Noticias Internacionales20 de agosto de 2025Agencia AlfayaracuyAgencia Alfayaracuy
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"Mira mis manos, mira que hermosas son", cuenta que dijo al recuperar la conciencia, según le relató más tarde su enfermera.


"Puede parecer superficial porque usamos (esa palabra) para describir cosas estéticas pero, para mí, engloba un sentimiento de plenitud", asegura Luka.


"Fue un momento tan lleno de alegría, que es difícil compararlo con cualquier otra cosa que haya experimentado en mi vida".

Y es que esas manos que observaba con tanta atención no eran aquellas con las que había nacido: eran el resultado de un exitoso doble trasplante que recibió 17 años después de haber perdido sus propias extremidades.

Una "gripe de invierno"

El drama de Luka comenzó una tarde de invierno cuando tenía 12 años, y su padre pasó a buscarlo a él y a su hermano menor por una fiesta de cumpleaños.


"Recuerdo que la pasamos muy bien, y que luego empecé a toser y a perder la voz", le dice Luka a BBC Outlook.

La tos se tornó en "dolor de garganta y luego en un dolor de pecho severo. No podía caminar por lo intenso que era el dolor".


Sus padres lo llevaron al hospital, pero los médicos desestimaron su caso adjudicando sus síntomas a una infección viral, o a una típica gripe estacional.


Pero su estado de salud iba de mal en peor: los analgésicos no aliviaban su dolor, cada vez más agudo, y Luka regresó al hospital donde pasó la noche.

"A la mañana siguiente mi cuerpo había colapsado por completo", dice Luka, que para ese entonces había desarrollado una sepsis severa con falla multiorgánica, y comenzaba a perder la conciencia.


"Uno de los últimos momentos que recuerdo es que (las enfermeras) trataban de ponerme tubos intravenosos en todas las extremidades y (las agujas) salían secas".


Toda su sangre se había retirado a sus órganos vitales, lejos de sus piernas y manos, para mantenerlo con vida; la única opción posible ahora era amputar.


Así, Luka perdió sus dos manos y las piernas por debajo de las rodillas.

 

Reportaje de la BBC / Seguir leyendo

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