¡Es bueno ayudar a los demás, pero es muy importante saber elegir!

En una prisión en Alemania en la década de 1960, los presos sufrían la crueldad de los guardias de la prisión y los malos tratos en todos los aspectos.

Entre los prisioneros había un prisionero llamado "Schmidt" y sentenciado por un largo tiempo, pero este prisionero estaba recibiendo buenos privilegios y tratamiento de semi-respetable por parte de los guardias, lo que hizo que el resto de los reclusos creyeran que era un espía mezclado entre ellos, y lo rechazaban; pero él les juró que era un prisionero como ellos y que no tenía nada que ver con los Agentes de Seguridad.

Pero nadie le creyó. "Queremos saber por qué los guardias de la prisión te tratan de manera diferente".

"Bueno, díganme lo que escriben semanalmente en sus cartas a sus familiares y amigos", les dijo Schmidt.

Todos dijeron: "Les recordamos en nuestras cartas la dureza de la prisión y la injusticia que hemos sufrido aquí, a manos de estos malditos guardias".

Schmidt dijo: "Yo todas las semanas escribo mis cartas a mi esposa y en las últimas líneas menciono las ventajas de la prisión y los guardias y su buen trato aquí, y a veces incluso, en mis cartas menciono los nombres personales de algunos guardias y también los elogio".

Algunos de los prisioneros respondieron: "¿Qué tiene que ver esto con los privilegios que obtienes ?"

Él dijo: "Debido a que ustedes son inteligentes, deben saber que todas nuestras cartas, no salen de la cárcel hasta que los guardias las leen, y saben todo sobre ellas. Ahora deben cambiar la forma en que escriben sus cartas".

A la semana siguiente, los prisioneros se sorprendieron de que todos los guardias de la prisión habían empeorado su trato a los prisioneros, e incluso Schmidt estaba con ellos y recibiendo los tratos más duros.

Días después, Schmidt preguntó a algunos prisioneros : "¿Qué escribiste en tus cartas semanales?"

Todos dijeron: "Escribimos que" Schmidt "nos enseñó una nueva forma de engañar a los guardias y obtener su confianza y satisfacción".

En ese momento, Shamdith se arrancó la barba con las manos y tiraba de su cabello como loco.

Moraleja:

Es bueno ayudar a los demás, pero es muy importante saber elegir a la persona con quién hablas y qué cosas les cuentas.